jueves, 20 de agosto de 2009

El Estridentismo



Germán Cueto
Máscara II 1924
Cartón policromado y pintura
36.5 x 34 x 34 cm.


Al tiempo que se establecía lo que eventualmente se conocería como la Escuela Mexicana de Pintura, otro movimiento veía la luz como parte del eclecticismo plástico que se vivía en México.
El estridentismo tuvo cabida contemporáneamente a los inicios del muralismo, principiando los años veinte. Sin ser propiamente una tendencia estética definida sino más bien iconoclasta y vanguardista, los artistas partícipes de este movimiento reflejaron la otra cara del arte moderno en México.

Con clara intención de crear un diálogo entre las vanguardias europeas del momento que iban desde el futurismo, la postura irreverente del dadaísmo y el surrealismo; y teniendo en cuenta las consecuencias que dejó el inicio de la revolución mexicana en términos de la apertura a diferentes criterios artísticos y esquemas mentales, el estridentismo es quizá una de las fuertes plataformas de vanguardia con amplio aparato teórico de incidencia internacional que se produjo en México a principios de los años veinte.

Con la proclamación de su propio manifiesto dejó claras las intenciones de incidir dentro del cambio de actitud en cuanto a la producción plástica en México, de hecho el movimiento estridentista fue, por así decirlo, la punta de lanza que inició otras formas de organización colectiva que se darían más tarde, el grupo ¡30-30!, la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (LEAR) y el propio taller de gráfica popular.


Rufino Tamayo
Naturaleza muerta con pie, 1928
Óleo sobre tela
58 x 51 cm.





María Izquierdo
La Raqueta, 1938
Óleo sobre Tela
70 x 50 cm. 

Los cambios en la mentalidad del artista fueron paulatinos, no se puede hablar de un cambio abrupto o de ruptura en la producción, sin embargo si se puede decir que mucho de esto influyó incluso en los movimientos subsecuentes al modernismo en México. Artistas como Gabriel Fernández Ledesma, Rufino Tamayo, Frida Kahlo, María Izquierdo y Germán Cueto experimentaron dentro del mismo estridentismo sin tener que definirse como seguidores del movimiento.

Conoce el manifiesto del Estridentismo: http://artespoeticas.librodenotas.com/artes/1571/manifiesto-estridentista-1921

Javier Miranda Nava

viernes, 14 de agosto de 2009

Una Nueva Plástica

Jean Charlot
La masacre de el Templo Mayor (detalle) 1922
Mural al fresco

Antiguo Colegio de San Ildefonso

En la época porfiriana y concretamente en la revolucionaria se gestaron diversas aportaciones plásticas para la conformación de un discurso que lograra concretar de una vez por todas la búsqueda de identidad nacional en el ámbito artístico y también social.

La herencia de la academia estaba muy presente en artistas como Diego Rivera, Jean Charlot, José Clemente Orozco, etc. Siendo así que el inicio del movimiento moderno del muralismo mexicano toma sus fundamentos en las estructuras de pensamiento y la lógica que se obtuvieron en la cultura porfiriana.

Un nuevo clima artístico se empezaba a desarrollar en el país, la época subsecuente a la revolución dejó claro que la producción artística sufriría una clara presencia política en su discurso, aunado al aprendizaje de la pintura llamada de caballete. Este periodo de transición debía, a su vez, tomar como punto obligado de partida el inicio del llamado periodo de modernidad.

Fue así que algunos de los primeros murales aunque presentaban métaforas con connotaciones políticas aún reflejaban la influencia de las vanguardias europeas de principios de siglo, rasgos de pintura cubista, simbolista, etc. Intentaban dar cabida a esta nueva reflexión de la supuesta, hasta ese momento, nueva era.

Sin embargo y con el tiempo, las manifestaciones realmente revolucionarias en términos de pintura mural llegaron, y antes que nada en la figura de Jean Charlot en su mural al fresco "La masacre del Templo Mayor" en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, entonces la sede de la Escuela Nacional Preparatoria que, muy a pesar de la presencia de José Vasconcelos y su política cultural y la inspiración que el artista tuvo de antiguos maestros, Jean Charlot logró presentar de manera dinámica un pasaje de la historia de México asi como procuró integrar el legado del arte universal y la plástica moderna de México y proyectar esa misma reflexión a generaciones futuras.

A partir de 1923 y hasta 1930, el muralismo mexicano constituyó verdaderamente una revolución en la plástica asi como una revolución visual para la historia del arte mexicano en función de que propusieron una nueva forma de concebir el arte y se comprometieron con un discurso regenerador de la sociedad mexicana en franca época de incertidumbre.

Javier Miranda Nava

miércoles, 12 de agosto de 2009

Talleres en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco


sábado 22 de agosto de 2009



domingo 23 de agosto de 2009

Acompañanos todos los sábados en el CCUT a los talleres inspirados en piezas de La Colección Blaisten. Talleres que nos invitan a explorar las diversas técnicas que utilizaron algunos artistas como Germán Cueto para elaborar máscaras que se caracterizan por evocar el rostro humano , asimismo conoce otras técnicas de disciplinas artísticas como el grabado, mismo que han utilizado artistas tan importantes como Diego Rivera, Julio Ruelas, etc. Artistas también que puedes encontrar en La Colección.

¡Acércate!, los talleres están dirigidos a personas mayores de 5 años, el donativo es de 5 pesos por persona y si quieren venir tres el tercer integrante es gratis. Los horarios son de 1:00 pm a 3:00 pm.


sábado 22 de agosto de 2009

Los talleres son impartidos por Imelda Montiel, artista egresada de la Escuela Nacional de Artes Plásticas y Saúl Rodríguez, artista egresado de la Universidad de Guanajuato.

El taller incluye todos los materiales, asi que te esperamos en el Centro Cultural Universitario Tlatelolco.

martes, 11 de agosto de 2009

Antecedentes del Arte Moderno en México

México a lo largo de su historia ha recorrido un largo proceso en la conformación de su identidad cultural. La búsqueda ha sido fructífera y todos estos esfuerzos de integración se remontan incluso a la época precolombina. La población indígena tuvo una gran aportación en términos culturales y a su vez también la tuvieron los españoles cuando conquistaron América. El legado occidental tuvo cabida dentro de este desarrollo.


Saturnino Herrán
Nuestros Dioses Antiguos
Óleo / Tela
101 x 112 cm.

El eclecticismo que se consolidó se vio reflejado en la simbiosis entre estas dos maneras de ver el mundo, de concebir la muerte; y es esta unidad de opuestos y complementos la que constituye este punto de partida conceptual de las manifestaciones artísticas características de la sociedad novo hispana. Por supuesto que con el paso del tiempo la necesidad de continuar con esta búsqueda nunca decayó y es así que para el siglo XIX este devenir seguía buscando la manera de alcanzar su objetivo, aunado también a la necesidad de alcanzar la plena independencia política y el deseo firme de que la nueva nación fuera reconocida en su soberanía por el resto del mundo civilizado. Este proceso cultural siempre ha sido pues, dialéctico y basado en el razonamiento de diversas estructuras lógicas.

El movimiento armado revolucionario de 1910 significó un parteaguas definitivo en la esfera de la continuidad del régimen gobernante anterior; pero en el campo del pensamiento plástico, muchas ideas que fructificaron después de 1920 fueron incluso generadas desde la conciencia de una generación formada en el porfiriato. Fue así que 1910 no fue un punto de quiebre en el desarrollo del arte moderno en México.

Existen diversos puntos que se pueden llegar a malinterpretar con respecto de este periodo en la historia de México. Antes que nada, la cultura del porfiriato no fue más o menos afrancesada que la de cualquier otra nación del mundo occidental que a principios de siglo se preciara de ser civilizada. París era el centro irradiador de la literatura, el arte y de varias formas de pensamiento moderno, por ende era comprensible la incidencia de Francia en la concepción cultural de diversas naciones, entre ellas México. La cuestión de concebir entonces a Porfirio Díaz como un villano y ver “europeizada” la vida cultural mexicana en términos del desarrollo del arte moderno mexicano es injustificada. La mentalidad de los actores principales del cambio generacional a principios del siglo XX, tanto artistas como promotores del arte, fue formada durante el porfiriato. La Escuela Nacional de Bellas Artes, la antigua Academia de San Carlos, fueron los semilleros de diversos artistas que se consolidaron después de 1920, siendo así que la instrucción dentro de estas fue la forjadora de artistas como Diego Rivera, José Clemente Orozco, Ángel Zárraga, Saturnino Herrán, entre otros, que a su vez reconocieron las virtudes de los programas de estudio de la escuela y el clima innovador que allí se pretendía.


José Clemente Orozco
Alegoría de México
Piroxilina / Masonite
79 x 122 cm.

El movimiento muralista no fue la única estrategia artística que México propuso desde la temprana postrevolución. El clima plástico e intelectual que se vivió bien merece el adjetivo de un auténtico Renacimiento mexicano, pues muchas fueron las maneras como los artistas entendieron la forma de crear un arte moderno, algunos comprometidos social e ideológicamente y otros desde su propia interioridad.

Libro consultado "Un Siglo de Arte Mexicano 1900-2000", CONACULTA INBA, ISBN 970-18-2996-4